Lograr
un ambiente estructurado, con una organización y rutinas constantes es la clave
para que el niño pueda evolucionar de la mejor forma posible. Los padres
siempre van a ser el primer referente para el menor, por lo que su ejemplo y su
reflejo van a ser la base primordial para ir forjando la personalidad del
menor.
Hay que tener presente que si en la casa existe un ambiente de
enseñanza autoritaria, en el que se exige demasiado al menor, se va a poder
fomentar un déficit de autoestima, provocando una retroalimentación del
trastorno, lo que conducirá a nuevos comportamientos negativos en el menor y
otra vez conductas inapropiadas.
libro tdah